El estreno en la Argentina de Dos fiscales, actualiza el diálogo que el gran realizador de origen ucraniano sostuvo en su visita en la 70 Semana Internacional de Cine de Valladolid, a fines de Octubre pasado.
Sergei Loznitsa ha acudido a la 70ª Seminci para presentar el estreno español de Dos fiscales, a competición por la Espiga de Oro (ganó finalmente el Premio de la Crítica Internacional). El cineasta ucraniano, autor de algunas de las obras documentales más relevantes en los últimos años, regresa a la ficción tras la multipremiada Donbass (2018) para luchar contra la amnesia colectiva en su regreso a la ficción. Inspirado en hechos reales, Dos fiscales ofrece un relato en el que la Historia de la URSS dialoga con el presente convulso de la Rusia actual.

Basada en la autobiografía del físico y activista soviético Georgy Demidov, Dos fiscales ofrece una radiografía de la URSS en tiempos de la Gran Purga estalinista, por la que millones de personas fueron acusadas, detenidas o ejecutadas. En 1937, un joven fiscal recibe una carta notificándole de posibles torturas en una cárcel. Ante la sospecha de que se trata de acusaciones falsas, el protagonista inicia un viaje por los laberintos de la burocracia y la corrupción con el objetivo de reunirse con el prisionero y alcanzar la verdad.

¿Vuelta a la ficción?
Dos fiscales es la primera película narrativa de Loznitsa en siete años, durante los cuales ha estrenado distintos documentales celebrados como Babi Yar. Context (2021), Sobre la historia natural de la destrucción (2022) o The Invasion (2024), con la que participó en Tiempo de Historia de la 69ª Seminci. «No es una vuelta a la ficción per se. Es una película que nace de los archivos del periodo de Stalin, en este caso hablando de las autoridades del gobierno soviético que realizaban acusaciones públicas en falso. Quería mostrar la realidad de todas estas personas que fueron víctimas de ese sistema», ha señalado el realizador.
Sobre la línea cada vez más difusa entre realidad y ficción, Loznitsa ha añadido: «Siempre tuvimos la idea de crear algo imposible de hacer. La ficción y el documental son dos géneros diferentes, en términos de realización y también en cuanto a la parte ética. Pero también son géneros que pueden coexistir. Al recrear una realidad podemos acercar al público a la verdad». Y ha concluido: «Con el desarrollo tecnológico cada vez es más difícil percibir si algo es verdadero o falso. Si ahora es complicado, en el futuro será mucho más difícil creer en las imágenes porque seremos capaces de crear cualquier cosa».

Espejos de la Historia
El cine de Loznitsa plantea un juego de espejos constante entre el pasado y el presente, recalcando la actualidad política en el acto de mirar al pasado. En Dos fiscales, el fenómeno de las purgas estalinistas abre la puerta hacia un comentario sobre la Rusia actual: «El hecho de que podamos ver tantas similitudes entre esta realidad de hace 80 años y lo que está sucediendo actualmente dice mucho. Significa que nada ha cambiado en la sociedad y que no estamos tan lejos de los peligros de antaño de estos regímenes totalitarios». Y advierte: «Si también sois capaces de reconocer algún elemento en vuestro país, habría que prestar atención, ver qué tipo de errores se cometieron en el pasado y darle una vuelta de cara al futuro».

El cineasta también ha hablado de la arquitectura como un reflejo de la sociedad, señalando la importancia de filmar en espacios reales: «Grabamos en una prisión real que se construyó en 1905 y se utilizó para este tipo de acusaciones. Es algo que se percibe al entrar, son lugares donde sientes la guerra. La arquitectura lleva la huella de la Historia y era muy importante crear este universo entre lo real y el decorado».
Lo anterior da forma a una puesta en escena austera y minimalista, que se ve intensificada por elementos como la fotografía y la paleta de colores: «El director de fotografía creó un filtro especial para la película. Nuestra idea era reducir todos los colores y quedarnos con tonos como el gris, el negro, el marrón oscuro y el rojo borgoña, que recuerda a la sangre. El vestuario y la decoración también se hicieron partiendo de ese punto de vista». Otra decisión importante en ese sentido fue la cámara estática: «Decidimos no mover la cámara, algo que requería una atención detallada y varios meses de planificación. Sabíamos que queríamos rodar de una forma muy concreta y trabajamos para ello».
Dos fiscales de Sergei Loznitsa, estreno en cines argentinos jueves 20 de Noviembre