
Desde el jueves 16 de octubre puede visitarse en la Casa Nacional del Bicentenario (Riobamba 985) la exposición México: la mirada de Juan Rulfo, una muestra que retrata y homenajea al genial escritor mexicano a través de fotografías y libros, con curaduría de la Fundación Juan Rulfo/Embajada de México en Argentina.
También se programarán documentales sobre Juan Rulfo (El abuelo Cheno y otras historias; Cien años de Juan Rulfo y Del olvido al no me acuerdo) en un ciclo que se llevará a cabo durante el mes de noviembre.
La exposición, que se lleva adelante gracias al trabajo conjunto entre la Secretaría de Relaciones Exteriores de México, la Embajada de México en Argentina, la Fundación Juan Rulfo, Netflix y la Casa Nacional del Bicentenario, se podrá visitar hasta el 30 de noviembre en el tercer piso de la Casa.

Sobre Juan Rulfo
Nació el 16 de mayo de 1917 en Jalisco. Registrado en Sayula, vivió parte de su infancia en la población de San Gabriel. Como escritor, Rulfo se apropió de las experiencias que desgarran el precario orden familiar: la guerra, el despojo, la orfandad; y de su región de origen, cuyo entorno inmediato fue el de las haciendas y el campo destruidos por la violencia de la Revolución y la Cristiada. Sin embargo, la verdadera vida de Juan Rulfo está en su obra: el autor fue esencialmente un orfebre que permitió a la literatura remontarse a dimensiones inéditas para su época.

Novelista, cuentista, fotógrafo y editor, a Rulfo se le reconoce, sobre todo, por su volumen de cuentos El llano en llamas (1953) y su primera novela Pedro Páramo (1955). A partir de la aparición de estos títulos mantuvo un contacto frecuente con el cine; su segunda novela, El gallo de oro (1958), el cortometraje El despojo (1959) y su participación en el filme La fórmula secreta (1964) son producto de ello. Durante las dos últimas décadas de su vida, se encargó de editar en el Instituto Nacional Indigenista una de las colecciones de antropología contemporánea más importantes de México.

En todas estas variadas manifestaciones puede comprobarse que el pensamiento y las actividades de Rulfo se movieron al centro de poderosos polos: la ficción y la historia, la tradición literaria escrita y las riquísimas vertientes orales, la imagen verbal y la imagen fotográfica, la vanguardia estética y la innovadora superación de esa misma vanguardia, la cultura cristiana y la sólida pervivencia de culturas indígenas en México y en América, la modernidad laica y la vitalidad de concepciones del mundo distintas, pero de ningún modo inferiores, la antropología y la realidad presente, la geografía rural y la vertiginosa mutación del paisaje urbano; pares de conceptos que para el autor fueron retos y estímulos, unas veces en franco contraste y otras en armonía.
Juan Rulfo falleció en la Ciudad de México el 7 de enero de 1986. Desde entonces, sigue siendo uno de los escritores mexicanos más leídos en su país y el extranjero; sus títulos han sido traducidos a decenas de idiomas y su obra –literaria y fotográfica– sigue siendo motivo de innumerables estudios, homenajes y reapropiaciones.